Alberto ante un micrófono en un concierto en Berlín

Canciones para la enésima mudanza.

Llevo unos días un tanto intensos, por eso del cambio que se avecina, nada grave, claro, pero el caso es que hay nervios. Y qué mejor contra los nervios que distraerse… y qué mejor que distraerse con canciones…? Nada.

Ayer canté probablemente por última vez en Berlín, al menos por un tiempo. Qué buena noche salió, qué bar bonito, qué público más atento, qué rato más feliz pasé cantando las canciones que, de una manera u otra, vine a escribir aquí.

Canciones que están casi listas para el nuevo disco. Héctor Tuya me ha ido mandando esta semana algunas mezclas ya casi casi definitivas. Y joder! qué bien suenan! Sé que si lo digo yo no vale, pero de verdad lo creo.

Y luego están las canciones de los demás, ésas sí que molan! Las de Vetusta Morla, por ejemplo, que el martes vinieron a cantarnos a Berlín, a mí y a otros 400 como yo. Las buenas canciones lo son en cualquier circunstancia, pero escuchar aquí, canciones que nos enamoraron allí, puff! El efecto se puede llegar a multiplicar. Esa de “Dejarse llevar suena demasiado bien… “ hizo estragos entre los asistentes, o eso me pareció, igual soy yo que soy flojo.

En fin, que benditas canciones, siempre al rescate.

Ah bueno! Y ayer encima, va Lichis y saca nuevo disco. Y yo que miro en mi cuenta del banco, echo unas cuentas y celebro poder disponer de 10 euros para comprarlo por Itunes. Qué alegría! Qué buena pinta tiene, lo estoy escuchando mientras escribo y me da que son canciones de ésas que vienen para quedarse.

No me lío más.

Muchos besos! (que ya pronto serán de los de verdad)

Alberto.